Lucas da especial énfasis a la oración y al poder de la intercesión. Muestra a Jesús en oración en muchas ocasiones (Lucas 3:21; 5:16; 6:12; 9:18; 9:29; 11:1; 23:46). Jesús oró por Pedro en su hora de prueba (Lucas 22:32). Y Jesús contó dos parábolas sobre el poder de la oración (Lucas 11:5-13; 18:1-8). Jesús concluye el Padrenuestro con una exhortación a orar con confianza sabiendo que “porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y al que llama se le abrirá” (Lucas 11:10).
Somos bendecidos con increíbles recursos de oración en nuestra historia cristiana. Aquí están algunas muestras:
• Santa Teresa de Lisieux: "Para mí, la oración es un impulso del corazón; es una simple mirada dirigida al cielo, es un grito de reconocimiento y de amor, que abraza tanto la prueba como la alegría".
• San Agustín: "La verdadera oración no es más que amor". La oración debe surgir del corazón.
• San Juan Vianney: "La oración es el baño interior de amor en el que se sumerge el alma".
• San Francisco de Sales: "Cada uno de nosotros necesita media hora de oración cada día, excepto cuando estamos ocupados, entonces necesitamos una hora".
• La Regla de San Benito: "Si un hombre quiere orar, que vaya y ore". Las definiciones de oración son importantes, pero insuficientes. Hay una gran diferencia entre saber acerca de la oración y orar. En este tema, es claro,
• San Juan Damasceno: "La oración es elevar la mente y el corazón a Dios o pedir de Dios cosas buenas" (De Fide Orth. 3, 24).
• El Catecismo de la Iglesia Católica: La oración es una "relación vital y personal con el Dios vivo y verdadero" (2558). La oración es cristiana "en cuanto comunión con Cristo" (2565), y "relación de alianza entre Dios y el hombre en Cristo" (2564).
Es importante recordar que entendemos la oración a través de nuestra celebración de los Sacramentos y en la Liturgia de las Horas. La palabra liturgia proviene de un término griego que significa "trabajo público o trabajo realizado en nombre del pueblo". Entonces, un trabajo realizado por un individuo o un grupo era una liturgia en nombre de la comunidad en general. Oramos por y con los demás. Se espera que todos los fieles participen activamente en cada liturgia, ya que esto es un "trabajo" sagrado, no un entretenimiento o un evento para espectadores. Toda celebración litúrgica es acción de Cristo Sumo Sacerdote y de su Cuerpo Místico, que es la Iglesia. Requiere, por tanto, la participación del Pueblo de Dios en la obra de Dios.
La liturgia se centra en la Santísima Trinidad. En toda liturgia la acción de adoración se dirige al Padre, de quien proceden todas las bendiciones, por medio del Hijo en la unidad del Espíritu Santo. Alabamos al Padre que primero nos llamó a ser su pueblo enviándonos a su Hijo como nuestro Redentor y dándonos el Espíritu Santo para que podamos seguir reuniéndonos, recordar lo que Dios ha hecho por nosotros y compartir las bendiciones de salvación.
Hay abundantes recursos de oración disponibles en Internet y como aplicaciones. Uso las aplicaciones IBreviary y CatholicMega todos los días, las cuales recomiendo mucho. También tenemos maravillosos guías espirituales como Juan Casiano, Ignacio de Loyola, Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Thomas Merton, John Keating, Richard Rohr, Ronald Rolheiser, Anselm Grun, etc. "Si un hombre quiere orar, que vaya y ore” (Regla de San Benito).
Fr. Paul D. Lee